Hace poco leí en el diario El Mundo, una entrevista al Dr. Mario Alonso Puig, lo que hizo que recordara el caso de Almudena, una clienta, que consiguió librarse de su parte oscura.
Almudena es una mujer de 38 años, estuvo pasando por una crisis personal que hizo que se replantee toda su vida.
Cuando la conocí, lo primero que me dijo es que había perdido toda la ilusión de vivir, que no encontraba sentido a nada de lo que hacía y, que si le quedaba un poco de fuerzas era porque tenía una niña de 6 años y, que gracias a ella, podía levantarse todos los días.
Desde el primer momento pude notar que era una persona cercana, que transmitía calor humano, aunque, se le veía triste y algo confusa. Almudena estudió química, trabaja para un laboratorio gallego, está casada, tiene una niña y, es bastante atractiva.
Aparentemente, se podría decir que lo tiene todo lo necesario para ser feliz. Hace unos meses murió su padre y, al parecer, fue el detonante, o más bien, la gota que rebosó el vaso de sus emociones contenidas.
Me contó que llevaba años deseando dejar el trabajo, que en realidad su sueño siempre fue otro, pero la vida se presentó de esa forma y como es un trabajo que le permite afrontar gastos y algo más, ha seguido allí.
Su relación de pareja también está regular, su marido viaja constantemente y la comunicación entre ambos es escasa, lo que la hace sentirse muy sola. Desde la muerte de su padre, su madre vive con una hermana en otra ciudad y ya casi ni la ve y, para colmo, hace poco le habían detectado una enfermedad con un largo tratamiento.
La verdad que su estado puede ser muy comprensible; pero conforme fuimos ahondando en su situación, Almudena fue tomando consciencia de que se había convertido en una víctima de sus emociones.
Emociones que no había sabido manejar y que sin darse cuenta la habían llevado hasta el estado actual y, que aunque ella dijera que las energías que le quedaban eran para su hija, la niña ya empezaba a verse afectada por la situación de la madre.
He querido contar la historia de esta clienta, porque si hay alguien que esté en una situación igual o parecida, puede tomar como referencia su caso.
Obviamente no voy a contar detalles de las sesiones y por supuesto no es su verdadero nombre, solo les diré lo que pudo descubrir y a donde la condujo.
Almudena descubrió que se había acostumbrado, por una serie de creencias, a sentirse víctima cuando las circunstancias se ponían difíciles, eso la hacía sentirse una persona inútil, estaba atrapada en un círculo mental que dañaba su energía vital y también su salud corporal, había perdido su poder interior.
Actualmente existen una serie de estudios científicos que han demostrado que la mayoría de enfermedades son causadas por nuestra mente y que muchas de ellas podrían evitarse con cambiar nuestra forma de percibir el mundo.
También, pudo descubrir, que el enfoque y percepción que tenía de las cosas y de su realidad habían estado empañados por su victimismo, que había perdido tiempo por ese sentimiento de debilidad que le había estado consumiendo sin permitirle actuar y tomar decisiones.
Además, pudo constatar que su cuerpo había enfermado a raíz de ese sentimiento y, que no era de ahora, sino que lo arrastraba de mucho tiempo atrás.
Con esfuerzo y constancia consiguió reconectar con su energía, también aprendió a dar un enfoque diferente a las diversas situaciones que antes la agobiaban. Está decidida a buscar una alternativa a su trabajo actual, en realidad ya sabe lo que quiere, pero quiere tomarse su tiempo para dejar el actual.
Almudena consiguió darse cuenta y, sobre todo, tomar consciencia de que cada uno de nosotros somos el resultado de lo que pensamos de nosotros mismos y, de alguna forma, consiguió ver a lo que se refiere el Dr. Mario Alonso Puig en la entrevista que cito al comienzo: “Siempre es más fácil tomar una posición de víctima que de protagonista.
A veces las excusas son tan fáciles que quedamos atrapados ahí, pero eso, finalmente, genera resentimiento, frustración, reduce la eficiencia y, además, empeora la salud.
Sentirse víctima es un estado de ánimo muy tóxico y, en algún momento, hay que dar un puñetazo en la mesa y decirse ‘yo no nací para una vida mediocre, sino para una vida llena de orgullo y de ilusión’».
Para terminar os contaré que la vida de esta mujer ha dado un giro de 360º, quizá exagere, pero es una persona con una vitalidad envidiable, como yo digo ha tomado el toro por las astas, ha resuelto sus problemas y su tratamiento médico ya empieza a dar resultados positivos.
Salir, pero sobre todo, tomar consciencia de tu zona oscura, la zona del victimismo, es el primer gran paso para descubrir tu fuerza interior, tu energía vital y tu capacidad para ser feliz y, conseguir alcanzar la vida que quieres.
Os dejo el enlace de la entrevista completa: entrevista
Si te ha gustado este artículo ayúdame a difundirlo en las redes sociales que aparecen abajo. Con un clic estarás colaborando para que este blog pueda seguir adelante. ¡Muchas gracias!