El 14 de febrero se celebra el día de San Valentín de Roma y todo se llena de corazones recordándonos el concepto universal del amor y la afectividad.

Estamos en el mes del amor, un tiempo para reflexionar y encontrar el verdadero amor, uno que sea para siempre.

Encontrar el amor es encontrarte y conocerte a ti misma y para conseguirlo solo necesitas escuchar la voz de tu corazón.

Vivimos en un mundo en el que todo el tiempo nos llegan miles de impactos de información y cuando estás sumergida en ese bullicio es casi imposible escuchar a esa voz.

Ahora la pandemia nos ha obligado a parar, todos de alguna forma hemos desacelerado el ritmo y eso es una ventaja cuando quieres encontrarte y conocerte a ti misma.

Cuando quieres conseguir todos esos cambios para tu vida y hacer realidad tus anhelos y más grandes deseos, necesitas antes encontrarte a ti misma, dejar de vivir de forma autómata.

Cuando te haces consciente y reflexionas surgen preguntas como: ¿Qué necesito para que mi vida sea como yo quiero y merezco? ¿Qué cambios “*tu nombre*” tienes qué hacer? ¿Cómo quiero que sea mi vida?

Seguro que con tu mente lógica puedes responder, pero la verdadera respuesta la encontrarás en tu corazón.

Debes saber que tu corazón es sabio y posee su propia inteligencia. Para poder encontrarte a ti misma necesitas escucharlo, pero antes precisas hablar el lenguaje del amor.

¿CÓMO SABER SI NOS FALTA AMOR?

Cuando vives desde el esfuerzo, desde el sufrimiento, la falta de comprensión y compasión, te has separado del amor.

La práctica del amor empieza por uno mismo y lo vives en tu día a día, si no sientes amor por ti todo es más difícil.

Si desde la mañana te cuesta levantarte, si estás pensando en agradar, si te sientes llena de obligaciones, si haces las cosas para cumplir, si actúas solo para recibir reconocimiento o para que los otros te quieran, hay falta de amor.

Así es como vives desconectada de tu corazón y para combatir eso terminas anestesiándote con trabajo, vicios, dependencias y excesos.

Hazte responsable de ti y de tu libertad, aunque esto a muchos les aterroriza y prefieren vivir como víctimas con la falsa recompensa de no tener que buscar la solución.

Cuando nos amamos a nosotros podemos también hacerlo con los demás.

Conseguimos ver a las personas que nos rodean como maestros, vemos cosas que a simple vista no conseguimos ver, los otros son nuestro espejo y así sanas en ti lo que no te gusta de los demás.

La vida todo el tiempo te da la oportunidad de ser feliz y estar mejor, pero no confundas la búsqueda fuera de ti en lugar de vivirla desde tu interior.

HAY OTRA FORMA DE VIVIR EN DONDE TODO LLEGA MÁS FÁCIL

Sucede cuando te encuentras a ti misma, cuando tu mundo se mueve por amor, cuando hay amor en todo y en ti, a partir de allí, todo sucede desde un lugar más amable.

Pero los cambios suelen ser difíciles, tediosos y hasta pueden causarnos dolor. Se requiere de esfuerzo, voluntad y un gran deseo por conseguirlo y eso se consigue desde la fuerza del corazón.

Solo escuchando tus verdaderos sentimientos, necesidades y deseos podrás encontrarte a ti misma, solo así sabrás exactamente qué necesitas y qué es lo que quieres.

A veces no queremos escucharnos porque allí hay dolor guardado desde la infancia y del pasado y creamos una coraza para no sentir, pero nos perdemos también toda la otra parte de nuestra sabiduría interior.

Escucha dentro de tu corazón y mantén una extensa conversación contigo misma para descubrir qué es lo que en realidad deseas.

Cuando te encuentras a ti misma a través de tu corazón puedes expresarte desde la más armoniosa coherencia entre lo que piensas, sientes, dices y haces.

Ese es el poder de tu corazón cuando todo lo haces a través de la energía del amor, así tu vida fluye y vives cada instante en armonía.

Lo que das, haces y sientes es desde tu esencia, puede que a algunos no les guste, pero eso ya no importa, porque ahora eres tú misma porque has encontrado tu amor.

Todo cambio y anhelo se hacen más simples, más armoniosos, es como si siempre hubieran estado allí, solo que no podías verlos por la falta de la energía del amor.

 

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