Nos pasamos gran parte de nuestra vida sufriendo, sin darnos cuenta de que con solo desconectar nuestro piloto automático del sufrimiento, podríamos conseguir ser felices.

¿En qué consiste ese desconectar?
Consiste en que la voz del corazón sea superior a la voz del ego.

En que estemos atentos y conscientes, para que cuando el ego hable, podamos tranquilizarlo y callarlo y, hacer que prevalezca la voz de nuestra verdadera esencia y de nuestro verdadero yo.

El ego son todas las opiniones que hemos recibido desde que somos niños, se empieza a formar en el seno familiar y, se va acrecentando con los años y con la influencia de los demás.

Así, cuanto más mayores somos, más complejo se vuelve el ego alejándonos cada vez más de nuestro verdadero ser y sin casi darnos cuenta olvidamos quiénes somos.

¿Cuál es nuestra misión y cuál es el verdadero propósito que tenemos en esta vida?
Es evolucionar y ser felices.

A pesar de que el ego nos ayuda a desenvolvernos en el mundo, también hace que basemos todo nuestro sufrimiento y desventuras en cosas ajenas a nosotros y, por lo tanto, en algo que no podemos controlar.

Sin libertad no hay felicidad, ignorantes de nuestro poder entregamos nuestro destino y decisión a los demás, porque creemos que de ellos depende nuestra felicidad.

Así, vamos por la vida echando la culpa de todo lo que nos pasa y de nuestro sufrimiento a nuestros padres, a nuestra pareja, a nuestros hijos, al país, al gobierno, a todos, menos a nosotros mismos; vivimos constantemente creyéndonos víctimas de nuestra mala suerte, cayendo así en un círculo vicioso del que nos sentimos atrapados con difícil solución.

Cuando tomamos consciencia y recordamos que más que seres de carne y hueso, somos energía y, que además, somos productos del amor –aunque algunos crean lo contrario- y que por lo tanto, nuestra presencia en este mundo es un acto de amor; no conseguiremos tener el poder suficiente para gestar nuestra felicidad.

Porque debemos saber que estamos dotados de una fuerza interior increíble, que hasta que no nos atrevamos a usarla, no nos la creeremos.

El propósito de nuestro paso por este mundo es evolucionar y ser mejores personas.

Cuando pensamos en el ego como nuestro guía, nos alejamos de nuestra verdadera esencia, de la felicidad y de la alegría de vivir.

Anne Astilleros, en su libro ‘Despierta’ habla del ego y dice que, cuando solo escuchas la voz de tu ego, sus mensajes pseudo protectores te confunden “llevándote por los caminos propios del sufrimiento y el dolor”.

El ego nos ha hecho creer que lo que está fuera de nosotros tiene más poder que la fuerza y evolución de nuestro ser.

Llegados hasta aquí te preguntarás qué hacer.

Si estás buscando una vida más feliz y plena, si deseas equilibrio y paz en tu vida y si quieres que la alegría prevalezca ante la tristeza, a llegado el momento que detengas tu tiempo para pensar y reflexionar.

Lo primero que podrías preguntarte es si quieres seguir con tu vida actual o si quieres algo mejor y diferente.

En realidad todos tenemos una voz superior que nos indica cuando no vamos por el camino correcto, pero la desidia, la falta de voluntad y el miedo, nos ensordecen y paralizan y hace que nos mantengamos en nuestra zona de confort.

Pregúntate si tu vida actual te puede llevar a ese lugar con el que siempre has soñado: una familia, el trabajo que amas, la pareja que mereces, una vida de paz y realización personal.

Si decides hacer el alto, ya puedes desconectar el piloto automático de tu ego y dejar de buscar desesperadamente tu felicidad en el exterior.

Ahora necesitas saber -o recordar- cuáles son tus valores y, a partir de ellos alinearlos con tu vida y, así, poder encontrar lo que realmente necesitas para llenar tu vida, hacer que sea más completa, más plena, más útil y sobre todo, más feliz; es así, que podrás descubrir las verdaderas necesidades de tu ser.

No dudes del poder que emana de ti, ten la seguridad que Dios te ha creado con la fuerza y con todo lo necesario para que puedas forjar tu propia felicidad.

Silencia las voces de tu ego y aprende a escuchar las necesidades de tu alma, deja que emane de tu interior la voz sabia de tu ser. Date la oportunidad de hacer posible tu misión de vida: evolucionar y ser feliz.

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