Aunque te parezca imposible, tienes la capacidad de ser feliz a pesar de tus problemas, de tus heridas y de los malos recuerdos.

La felicidad es una conquista y está en nuestras manos conseguirla, el filósofo griego Epicteto de Frigia decía, que la felicidad depende de tres cosas: “la voluntad, las ideas respecto a los acontecimientos en los que estás envuelto y el uso que hagas de esas ideas”.

Los problemas son como la vida misma, por lo tanto, hay que saber vivir con ellos y tener la fortaleza y voluntad para saber sobreponernos al dolor y a las heridas que nos pueden causar; una de las mejores formas de conseguirlo es aumentando el nivel de nuestra autoestima, esta nos hace fuertes y nos da el aplomo necesario para enfrentarnos a la vida.

Un buen nivel de autoestima nos permite conseguir vivir en un estado anímico de paz interior y descubrir que la felicidad y la satisfacción pueden ser independientes de nuestras circunstancias.

Una de las mejores definiciones de autoestima y, que explica su importancia, es la de Nathhaniel Branden, él dice que esta tiene dos componentes: un sentimiento de capacidad personal y un sentimiento de valía personal.

Es decir, mi capacidad y la habilidad que tengo para comprender y enfrentar los problemas y, mi propio juicio de que soy apto para la vida y el saber de qué tengo derecho de ser feliz.

La voluntad, a la que hacía alusión Epicteto de Frigia, podríamos considerarla como el eje central de ese poder para conseguir la felicidad, como la libertad de decidir, buscar los medios necesarios para conseguirla.

¿Acaso podríamos decir que el que quiere puede? Quizá sí, aunque muchas veces nuestros propios medios sean insuficientes, también, podemos decidir pedir ayuda.

Una autoestima sana nos permite desarrollar la resiliencia, que es la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y, salir fortalecido o transformado de las experiencias adversas. La American Psychological Association dice que la resiliencia “incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona”.

Es decir, no es algo con lo que se nace, sino más bien que depende de la interacción con el entorno donde se desarrolla la persona y que se puede desarrollar.

Una autoestima sana te permite elegir la forma como interpretas los acontecimientos de tu vida, te da la habilidad para saber donde poner el foco y, estar más consciente de las elecciones que haces.

Muchas veces, simplemente consiste en tomar distancia y ver las cosas desde otro punto de vista. Uno de los principales investigadores de la autoestima, Nathaniel Branden, dice que el nivel de nuestra autoestima nos da la visión más profunda que tenemos de nosotros mismos y la forma como actuamos, modelando el tipo de vida que nos creamos, es decir, nuestra autoestima es la responsable de nuestro destino.

Curiosamente, tu autoestima no depende en un principio solo de ti, se forma desde que naces y a través de las personas con las que interactúas, creando en tu mente las creencias que hacen que te sientas y pienses de una manera determinada, padres, profesores, familiares, amigos y todas las personas que de alguna forma tienen importancia para ti, forman el concepto que tienes de ti mismo y determinan el nivel de tu autoestima.

Si la autoestima es baja es porque te han hecho creer que no tienes el suficiente potencial para enfrentar la vida y ser feliz.

Todos somos capaces de aprender a subir el nivel de nuestra autoestima, solo es cuestión de querer descubrir nuestro verdadero poder para ser felices.

Camilo Cruz, en su libro “La vaca” dice: “Debemos darnos cuenta de que es posible que hayamos sido programados para aceptar la mediocridad.

Es preciso tomar la decisión de no continuar viviendo una vida de negación, pretendiendo que todo está bien e identificar aquellas vacas que nos están deteniendo en nuestro camino al éxito”.

Entiéndase por vacas a las creencias, hábitos y excusas que nosotros mismos creamos y que nos limitan y no nos dejan avanzar, haciendo que no tengamos la vida plena y feliz que nos merecemos.

Aprende a quererte un poco más cada día y emprende el camino hacia la sana autoestima, recuerda que siempre es posible aprender a mejorarla.

Feliz fin de semana, disfruta de la naturaleza y conecta con su energía. Siempre que puedas, da largos paseos bajo la luz solar. Un abrazo.

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