Nuestras energías determinan el nivel de éxito que conseguimos en la vida; los proyectos, metas, y planes que queremos alcanzar, ven la luz, si sabemos gestionar adecuadamente nuestros niveles de energía.
Potenciar nuestras energías son el motor que necesitamos para conseguir la fortaleza y vitalidad necesarias para cumplir con nuestros propósitos y no sentirnos desanimados o pensar erróneamente, que no somos capaces de lograr lo que otros si consiguen.
Poder hacer todo lo que nos proponemos y, además, tener éxito en su consecución, puede ser posible, si logramos equilibrar y gestionar las 4 dimensiones de energía que nos impulsan: cuerpo, mente, emociones y espíritu.
Cuando no podemos entender que nos pasa o, nos preguntamos por qué no tenemos las ganas o fuerza suficiente para rendir como quisiéramos, deberíamos revisar nuestros niveles de energía, sobre todo observar nuestro cuerpo, porque al fin y al cabo, es a través de este que podemos ver a todas las otras energías manifestarse.
Es cierto que muchas veces podemos trabajar largas horas para obtener lo que nos proponemos, pero eso no sería necesario si pudiésemos contar con las energías suficientes para conseguirlo; no tiene sentido llegar a extremos, porque lo único que conseguimos es llenarnos de estrés, estar más cansados, frustrados o molestos y, además, sin obtener el resultado que esperábamos.
Llevar una vida saludable y equilibrada es la mejor manera de mantener un buen nivel de energías, saber evitar lo que nos la quita y, conocer cómo podemos potenciar nuestros niveles, es necesario, para estar dispuestos a actuar y conseguir nuestras metas.
CÓMO POTENCIAR LOS 4 NIVELES DE ENERGÍAS
Energía física: El cuerpo humano es la dimensión base de las otras energías, necesita estar en las mejores condiciones para que las otras tres puedan manifestarse en su mejor nivel. El cuerpo tiene sus propias energías, pero estas requieren recargarse con fuentes externas como una alimentación saludable, ejercicio físico y relajación, beber mucha agua, llenar de oxígeno nuestros pulmones a través de una respiración correcta, hábitos saludables de sueño y, recibir la luz solar.
Energía emocional: Nos recargamos de energías cuando tenemos emociones positivas como la alegría, paz, serenidad, gratitud, esperanza, orgullo, inspiración, amor, etc. Y nuestras energías descienden cuando experimentamos las negativas, como la tristeza, miedo, rabia, culpa, depresión, etc., aprender a gestionar nuestras emociones nos hará personas más fuertes y saludables.
Energía mental: La energía mental es como el título del libro “Como un hombre piensa así es su vida” del autor James Allen, si tus pensamientos son positivos tendrás mejor calidad de vida, te sentirás lleno de vitalidad, motivación y fuerza y, por lo tanto tendrá la capacidad para conseguir sus objetivos; si por el contrario, son negativos, se debilitará, se sentirá cansado e influirá en nuestros estados emocionales.
Energía espiritual: La meditación y su práctica a través del silencio interior es la mejor forma de acceder a la fuente de la energía espiritual. Esta energía se relaciona directamente con las otras energías, con nuestra propia esencia, con quien somos, con nuestros valores, con nuestro propio poder interior, y sobre todo, nos conecta con la energía del Poder Supremo que nos ayuda a alinear el poder de nuestras propias energías.
Os animo a potenciar vuestras energías y comprobar que podéis lograr más de lo que imagináis.