Todos tenemos pensamientos poderosos y limitantes. 

Los poderosos nos ayudan a estar  en paz, ser más felices y encontrar el equilibrio; los limitantes, nos impiden ser mejores personas, nos bloquean y nos anulan la posibilidad de vivir una vida mejor, lo bueno es que podemos elegir con cuáles queremos vivir.

Nuestros pensamientos actúan como nuestra guía interior, para poder seleccionarlos debemos decidir con cuáles nos queremos quedar.

Lo primero es poder distinguir entre las dos clases de pensamientos, entre los que nos limitan están la envidia, el rencor, las preocupaciones futuras, juzgar a los demás, pensamientos de desamor hacia los demás y hacia nosotros mismos  y,  pensamientos con cargas negativas del pasado.

Una vez identificados este tipo de pensamientos tenemos el poder de escoger. Si nos quedamos con ellos o buscamos los que nos permiten vivir  en equilibrio, paz y nos motivan a ser mejores.

Somos libres de elegir como nos queremos sentir, tenemos el inmenso poder desde este mismo instante de decidir  con que pensamientos nos queremos quedar  y cuáles vamos a descartar.

Todos tenemos un propósito en esta vida, ese propósito está en armonía con nuestro ser superior, con nuestro Dios.

Los pensamientos poderosos nos permiten estar conectados con nuestro ser superior; poseemos la capacidad de alcanzar la felicidad deseada, solo tenemos que aprender a apartar los pensamientos que nos limitan.

Se trata de saber elegir sabiamente nuestros pensamientos.

Si un pensamiento te perturba  apártalo, quítalo de tu mente y reemplázalo por uno edificante que te haga sentir una persona mejor.

Hay muchas dinámicas para conseguir deshacernos de los pensamientos destructivos, uno fácil es el soplar. Imagínate que a esos pensamientos se los lleva el viento y desaparecen, así que ya sabes cada vez que aparezcan sopla fuerte.

Recuerda que eres tú la que tiene el poder de elegir entre unos y otros;  si un pensamiento te perturba, busca otro que lo sustituya, no olvides que en tu mente hay dos tipos de pensamientos, la idea es que te llenes de aquellos que te potencian.

Los pensamientos poderosos nos permiten ser más positivos, nos dan energía y nos  incentivan para llevar a cabo nuestros sueños.

Cuando tus pensamientos son poderosos te sientes motivada a dar amor, a ser más compasiva con los demás y contigo misma y te permiten afrontar el día a día con más alegría.

No olvides que somos lo que pensamos, que nuestros pensamientos construyen nuestra vida,  por eso es tan importante ser selectivos con la información que nos llega de fuera.

Se dice que hay una fuerza profética en los pensamientos, esto quiere decir, que muchas veces, sin darnos cuenta, con nuestros pensamientos atraemos lo que nos sucede.

Tú decides, tienes el poder de elegir lo que piensas y lo que atraes para tu vida.

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