He  descubierto  que  las veces que me siento  feliz  es  cuando  tengo  planes, cosas que hacer, objetivos, estoy trabajando, o como  ahora, que escribo  este  post, es decir,  cuando  mi tiempo cobra un sentido y, si me gusta lo que hago, siento que fluyo, soy feliz y, el tiempo parece volar.

Esto que he podido percibir en mí,  lo entendí mejor cuando leí la entrevista que le  hizo  Eduard  Punset   a  Mihaly  Csikszentmihalyi,   catedrático  en    neurociencias  de   la  Universidad     de  Stanford, trataron el tema del “estado de flujo”  que es justamente  darle  un sentido a  ese tiempo que día a día transcurre  en nuestras vidas. Dice que si logramos ese estado, el fluir, podemos  conseguir sentirnos felices.

El profesor Mihaly explica que el “estado de flujo”, es  esencialmente  eso:  «la capacidad de concentrar  la  energía  psíquica  y la atención  en planes y objetivos  de  nuestra elección, y  que  vale la  pena  llevarlos a cabo  porque  decidimos ese tipo  de  vida y es lo que nos hace felices, de tal manera que podemos disfrutar de cada momento de lo que se hace.”

Es así que lo que decidas hacer en la vida, tanto el trabajo que escoges como las actividades de ocio,  también cuando luchamos por alcanzar un sueño,  se trata de causar ese flujo, el fluir se produce cuando haces algo que sabes, quieres y te gusta.

Dice Mihaly Csikszentmihalyi que esto sobre todo se logra con el trabajo porque “se tienen los objetivos muy claros y se pueden gestionar, que es una de las cosas que produce el flujo: el saber que hay que hacer algo en concreto; y la otra es que se tiene un feedback, es   decir  que se puede  ver cómo  se  está  actuando, ya  sea  por  los  clientes, el  jefe  o  los colegas, o por lo que se está haciendo, de manera que hay feedback.”

El feedback es una información  que  obtenemos de fuera y que  nos permite saber que  si lo  que hacemos está bien  o  mal. Este estado de flujo no siempre es fácil de lograr con  actividades diferentes al trabajo, pero si elegimos hacer algo que nos produzca un bienestar, ya sea material, espiritual o psíquico, conseguiremos ese estado de  flujo y, eso, nos causará   felicidad.

Por ejemplo si decidimos  salir  a  pasear en  bicicleta  porque  necesitamos  relajarnos,  regresamos del  paseo  y  lo hemos logrado eso nos hace felices, el Dr. Csikszentmihalyi dice, que “el problema es que hay  mucha gente que no sabe qué hacer con su tiempo libre, no saben qué es lo mejor, no tienen feedback».

Ahora que sabemos esto, creo que hay estar más alertas con la forma cómo usamos nuestro tiempo. Buscar ese “estado de flujo” tiene recompensa y, creo que no vale la pena dejar pasar el tiempo sin saber y sin descubrir lo que nos gusta hacer y nos llena.

La desidia, pereza, o indiferencia con la forma en que usamos nuestro tiempo, es dar la espalda a la posibilidad de ser más felices; busca tu propio feedback, que más que nada, es descubrir lo que te hace estar mejor en cuerpo, mente y espíritu; busca lo que favorece tu equilibrio.

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