Todos tenemos un niño interior dentro de nosotros. Cuando conseguimos amarlo, sanarlo y aceptarlo plenamente, nuestra vida se caracteriza por una estancia más feliz y equilibrada.
El niño interior está constituido por nuestro ser emocional y, por esa parte, nuestra formada por las experiencias vividas en nuestra niñez que perduran dentro de nosotros.
Las situaciones y los hechos que suceden cuando somos niños se quedan como enquistados dentro de nuestro ser, creando fisuras emocionales que hacen que cuando somos adultos, no consigamos entender lo que nos pasa y, quedamos entrampados en un mundo de confusas emociones y creencias sin resolver.
Tener una vida de éxito como adultos depende de que hayamos podido conquistar a nuestro niño interior.
Si queremos que este niñ@ sea nuestro aliado tendremos que aprender a escucharle y acoger sus sentimientos, también enseñarle a poner límites saludables a sus reacciones y a sus comportamientos; así, de esta forma, estaremos preparados para tomar el control de la situación y poder vivir con paz, equilibrio y no desperdiciaremos nuestras energías en luchas sin sentido.
La finalidad de que consigas sanar a tu niño interior no es encontrar culpables.
Lo que te pasó siendo niño no podías controlarlo, pero ahora que ya eres adulto puedes decidir y, reencontrarte con tu niño perdido que clama porque le escuches, razones con él/allá, le des apoyo y todo tu amor incondicional -que está necesitando- para poder sanar esas viejas heridas.
La reconciliación con tu niña interior es el primer gran paso para sanar y mejorar tu autoestima.
¿Te has preguntado de dónde viene esa culpabilidad, aislamiento, soledad, tristeza, perfeccionismo, estrés, ansiedad, desvaloración, falta de motivación, etc.?
Son producto de creencias irracionales, de interpretaciones erróneas, de hechos y, de experiencias con las que no podías lidiar ni hacer nada en ese entonces, siendo niña, ahora en tu presente, puedes cambiar esas circunstancias y empezar a amarte como te lo mereces.
Una de las mejores formas de poder sanar a tu niño interior es aprendiendo a escucharle.
¿Qué quiere esa parte de ti que has tenido callada durante tanto tiempo y qué es lo que necesita para sentirse feliz? ¿A qué le teme y qué necesita para encontrar su equilibrio en cuerpo, mente y espíritu?
Acciones para ayudarte a reconciliarte con tu niño interior
1.- Mantente alerta para detener el diálogo interior negativo.
2.- Practica la asertividad y no te justifiques por lo que consideras justo. Los niños expresan de forma natural sus emociones y requerimientos.
3.- Dedica 10 minutos diarios de tu tiempo a tu niño interior para escuchar sus requerimientos, también, para contarle tus propias inquietudes, necesidades, deseos y aspiraciones, de esta forma, se sentirá más querido y aceptado.
Así, poco a poco volverá a ser un niño sano y por consiguiente tu niño adulto también sanará y, recuperará la alegría y felicidad de la infancia.
Si te cuesta hablarle a tu niño interior, hazte con una foto tuya de cuando eras pequeña, por ejemplo cuando tenías 5 o 6 años, eso facilitará la dinámica.
Debo reconocer, que cuando trabajo con mis clientes y su niño interior, muchos de los procesos que realizo se aceleran significativamente, porque se trata más que nada de recuperar el amor y la aceptación perdida y de volver a la frescura, sabiduría y alegría de la niñez.
También te recomiendo la peli “Un encuentro conmigo” con Bruce Willis, es muy entretenida y trata este tema de una forma genial.
Posdata: Recuerda suscribirte a mi newsletter si aún no lo has hecho ya, porque comparto muchos trucos y consejos con mis suscriptoras y además son las primeras en recibir todas las novedades.
Creo que ese niño que fui ha salido a través de mi vida a veces sin permiso y me desnuda, en inseguridades y querer ser querido, mi padre nos quería pero no lo expresaba físicamente eso marca una niñez y de mayor sale las necesidades de afecto. he descubierto buscar el éxito es para mi tener cariño, solo eso, ni bueno ni malo
Muchas gracias Sergio por este lindo comentario, es muy interesante lo que dices porque ese es justo el punto que debemos trabajar para que consigamos tener una vida placentera. Cuando no somos conscientes de la atención y cuidado que reclama nuestro niño interior, sentimos que hay como un bloqueo y eso muchas veces nos impide conseguir todo lo que queremos de la vida. Sanar a ese niño y darle lo que necesita desde nuestra posición de adultos capaces nos reconforta y empodera ante la vida.
Que interesante las aportaciones que me has dado sobre nuestro Niño Interior..Empecé a leerte desde este primer artículo..Debemos abrazar, curar sus heridas y llenarle de amor los espacios vacíos que en algún momento le dejo su infancia a nuestro niño .. y así sanar su espíritu , su alma, su corazón . La foto es una excelente idea. Muy buen trabajo…. me gusto mucho.
Así es Marina, trabajar con tu niño interior es realmente enriquecedor, muchas gracias por compartir tu comentario.