El poder crear relaciones significativas con los demás, es una verdadera fuente de felicidad para todo ser humano; la soledad y el aislamiento son tóxicos y, conducen a estados emocionales tan negativos como la tristeza y la depresión.
Robert Waldinger, psiquiatra americano y profesor de Harvard, después de 75 años de estudio sobre la felicidad, ha podido concluir que las buenas relaciones son las que hacen más felices y saludables a las personas.
Y sobre este mismo tema, el científico español Eduardo Punset, fallecido recientemente, también decía que la felicidad “más que la salud o el dinero, depende de las relaciones interpersonales”.
Siendo así, si nos aseguramos una vida con buenos amigos y relaciones primarias sanas, estaremos forjándonos una vida plena y feliz.
Diversos estudios sobre las personas que poseen un nivel de felicidad más elevado y estable, han demostrado que tener relaciones interpersonales de buena calidad, sobre todo las de su núcleo más íntimo y cercano, las llamadas relaciones primarias, con las que se convive, la familia y la pareja, es lo que lo hace posible.
Parece ser que el sentir respaldo y protección de las personas que te quieren y con las que te relacionas, es lo que hace que se pueda sentir la paz y el equilibrio interior necesarios para el propio desarrollo y bienestar personal.
Cuando escasean las amistades significativas o, cuando las relaciones familiares están resquebrajadas, la persona siente un vacío y, su vida carece de motivación y alegría para expandir su propia vida.
Esforzarnos por crear nuestra propia red de relaciones afectivas, es decir relaciones con significado, nos permitirá ser más felices y encontrar un sentido a la vida.
Trabajar para conseguir relaciones sanas, es la diferencia entre sentirse feliz o desdichado.
Lucía Ceja, investigadora del IESE de la universidad de Navarra, en un artículo sobre las relaciones familiares dice que, los buenos amigos y las buenas relaciones nos hacen felices, pero que además, esto mejora nuestra capacidad de desarrollar relaciones interpersonales positivas.
En un artículo sobre la felicidad y las relaciones humanas, escrito por Marciano, un sacerdote carmelita, dice que para tener buenas relaciones con los familiares hay que tomar una suficiente distancia, “aunque se duerma en la misma cama”.
Tres distancias necesarias para conseguir buenas relaciones familiares:
1º.- No reclames ni buen trato, ni aprecio, ni cosa alguna. Tu relación te hace feliz cuando tú ofreces buen trato, aprecio, acogida, dulzura, hacia los demás. Dar es lo que hace feliz en la relación con los demás.
2º.- No esperes nada a cambio de tu comportamiento positivo. Si lo haces, entonces no estás dando, sino negociando, y eso es una especie de chantaje. Nunca resulta.
3º,-Todo lo que haces es meramente para complacerte a ti, porque a ti te encanta complacer. Si haces algo a alguien porque a ti te complace, él no te debe nada. Entonces ocurre un milagro increíble, él se siente libre frente a ti y desde su libertad te ama con toda alegría.
Lo complejo de las relaciones familiares es su cercanía a la dominación, a la manipulación, al chantaje.
Reconocer la absoluta soberanía del otro, esposo, esposa, padres, hijos, es la base absolutamente necesaria para una buena relación familiar. Sin este reconocimiento, la relación no puede ser feliz.
Lucía Ceija en su artículo titulado: ‘Relaciones positivas: fuente de felicidad en la empresa familiar’nos da 4 estrategias.
4 Estrategias para cuidar y nutrir las relaciones interpersonales en la familia:
1.- Crea espacios de comunicación. Muestra interés por los demás y desarrolla rituales que te permitan mantener contacto con todos los miembros de la familia de manera regular.
2.- Expresa admiración y aprecio. Intenta aumentar tu ratio de emociones positivas cada día y evita las negativas como criticar, poner mala cara, no dejar hablar, etc. Para ello resulta muy útil comunicar tu admiración y gratitud directamente a los demás.
3.- Disfruta con los éxitos de los demás. Los psicólogos sociales han descubierto que lo que diferencia las relaciones saludables de las conflictivas es cómo las personas respondemos ante los éxitos y los fracasos de los demás. La clave es responder a los éxitos de los demás (por más pequeños que sean) de una manera “constructiva y activa”, es decir, con interés y entusiasmo.
4.- Gestiona el conflicto de manera saludable. A través de la observación de cientos de familias se demostró que las familias disfuncionales se caracterizan por estilos particulares de gestionar los conflictos:
*Un inicio abrupto del desacuerdo. P. ej. lanzarse inmediatamente a la acusación o al sarcasmo).
*La crítica (P. ej. “nunca recuerdas lo que debes hacer”, “siempre haces lo mismo”)
*El desprecio (P. ej. expresar repulsión hacia la otra persona a través de la humillación, mirar hacia el cielo, etc.).
*Actitud defensiva (P. ej. “Yo no soy el problema, eres tú”)
*Evasión (P. ej. desconectar de la conversación o salir físicamente del lugar del conflicto).
En el estudio que presenta Robert Waldinger, una de las lecciones que me ha parecido más relevante es que las buenas relaciones no solo hacen más felices a las personas y protegen la salud del cuerpo, sino que, sobre todo, protegen el cerebro.
En cuanto al cerebro y la memoria, tener una relación de apego seguro con otra persona y sentir que puedes contar con ella si lo necesitas, son el pasaporte para hacer que tus recuerdos permanezcan más nítidos durante más tiempo en tu mente.
Para finalizar, te dejo el vídeo de este fantástico estudio realizado por Robert Waldinger, sobre la felicidad, las relaciones y las lecciones que nos aporta.
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muy buen post, nunca esta demas conocer gente y tener buenos amigos, pero no a todo el mundo se puede considerar como tal. saludos