‘La vida es muy complicada’ decimos a menudo y, felizmente, la mayoría terminamos la frase diciendo que ‘somos nosotros mismos la que nos la complicamos’; cuánta razón tenemos, a pesar de que la mayoría no sabe cómo consigue complicarse tanto.

Existen seis formas equivocadas de interpretar los hechos que se conocen cómo errores cognitivos, estas formas distorsionadas de captar lo que nos pasa, son las culpables de que sientas que tu vida es dolorosa y poco llevadera.

Un buen conocimiento de estos seis errores y, una exhaustiva reflexión, hará que tomes consciencia y consigas tener una vida más acorde con la realidad, sentirte más feliz y ver el lado positivo de los acontecimientos.

 

Seis reflexiones para aprender a gozar de la vida:
1.- Razonamiento emocional

Es cuando un sentimiento negativo consigue que creas o pienses que es así, sin darte cuenta de que es fruto de tus propias interpretaciones.

Es como darle voz a tus emociones: me siento torpe, entonces es que soy torpe, me siento desvalida, entonces la vida no vale nada, etc. El sentimiento se convierte en nuestra forma de pensar, haces que un sentimiento temporal se apodere de ti.

Reflexiona sobre estas preguntas para ayudarte a ser más consciente de los que piensas y sientes:

¿Cuáles son esos pensamientos repetitivos que hacen que me sienta así?
¿Es totalmente cierto lo que pienso?
¿Tengo pruebas de que mi sentimiento es objetivo y valedero?
¿Mis emociones me dominan y no me dejan pensar con claridad?
¿Cómo estoy actuando respecto a lo que pienso?
¿Podría hacer algo diferente para conseguir resultados diferentes?

2.-Etiquetar

Es cuando nos ponemos etiquetas a nosotros mismos o a otros basándonos en uno de sus rasgos sin tener en cuenta el resto. Fulano es un tacaño, ¿es? O a veces se comporta como tal, igual cuando decimos soy aburrida, soy una inútil, etc.

Las etiquetas se convierten en barreras para el propio crecimiento personal. Puedes reflexionar siendo más específico y sin generalizar, un rasgo no puede definir a una persona.

Hay que tener especial cuidado con los niños porque las etiquetas configuran su personalidad. Pepito pega a un compañero en el cole, es un niño malo; le cuesta levantarse por las mañanas, es un flojo; tiene pocos amigos, es tímido, etc.

Y lo negativo de todo esto que estas etiquetas se hacen perennes en el subconsciente y pasan a formar parte de la personalidad.

3.-La comparación

Medir los logros personales basándose en la de los otros. Debes ser consciente de que cualquier cosa que consigas en tu vida tiene un valor propio, hasta los errores y fracasos, porque todo requiere un esfuerzo personal.

Si valoras tu vida en función de lo que los otros han conseguido es porque no te estás valorando correctamente. Trabaja tu autoestima para sentirte con más seguridad y aprende a valorar lo que haces y consigues de la vida por pequeño que te parezca.

4.-Leer la mente

Este es un error muy común, ‘yo pienso que tú estás pensando esto entonces actúo según mi pensamiento’. Luego vienen los yo creía o me parecía o siempre me pasa lo mismo, etc.

Utiliza datos más concretos, es verdad que a veces la intuición es útil, pero si quieres evitar errores es mejor tener un conocimiento más certero acerca de lo que los demás piensan antes de hacer o decir algo.

5.-Personalización

Este error está muy relacionado con el sentimiento de culpa, ‘yo tengo la culpa de todo’, si no hubiera dicho eso, no hubiera sucedido aquello; él está triste porque no hice tal cosa; mi hijo no estudia porque yo no estuve para ayudarle; está nervioso seguro que es por lo que le dije, etc.

Antes de declararte culpable reflexiona si realmente es así, busca pruebas que justifiquen lo que dices.

6.-Tendría y Debería

Usar estas palabras constantemente te transmiten una carga emocional que causa un gran sufrimiento. Son exigencias irracionales hacia otros y nosotros mismos, como por ejemplo: tendría que estar casada a esta edad, debería cuidar de mi padre porque soy la hija mujer, ya tendría que tener una casa propia, debería hacer ejercicios, ella debería quererme más, él debería llamarme seguido, él tendría que ser más trabajador, ellos deberían cumplir su obligación como hijos, etc.

Y ahora es bueno que te des cuenta de que esos tendrías y deberías son normas que tú consideras cómo correctas y que crees que así deben ser, son solo tuyas, pero que no necesariamente tienen que ser de los demás.

Un buen inicio es reconocer que cada persona tiene su forma de ser y su propio punto de vista y forma de ver la vida. Puedes expresar tu punto de vista, pero, sin esperar que todos la acepten.

Respecto a ti, es mejor que uses la palabra quiero en lugar de ‘debería y tendría’, de esta forma, tomarás una posición más real y flexible, es diferente decir, tendría que cuidar de mi padre que, a ‘quiero’ cuidar de mi padre, porque a partir de ahí podrás decidir si deseas hacerlo o no, sin imposiciones.

«No vale la pena que te amargues la vida encasillando todo en una serie de normas».

A partir de ahora podrás prestar más atención a tus emociones y analizar si son estas las que están haciendo que veas el panorama gris. Con pequeños cambios en tu forma de pensar y percibir el mundo puedes darle un giro a tus emociones y así, agregar mucha felicidad a tu vida.

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