¿Quién no quiere ser amado, aceptado, bueno y maravilloso a los ojos de los otros? La autoimagen, es decir lo que percibimos de nosotros mismos, determina el valor que nos atribuimos y tiene un papel importante en el desarrollo de nuestra autoestima. Pero, si esa autoimagen se basa en buscar la aprobación de los otros, sin darnos cuenta, estamos llenando nuestra vida de ansiedad y estrés.

Cuando buscamos y nos esforzamos por conseguir ser cómo el ideal que nos hemos creado a través de una autoimagen basada en valores externos, terminamos siendo esclavos de nosotros mismos. El esfuerzo es mayor y nos encontramos luchando por ser alguien quien realmente no deseamos ser; pero seguimos intentándolo, una y otra vez, aunque eso nos haga sufrir.

Vivir pendiente de la mirada del otro nos impide ver nuestros propios ideales, valores, dones y deseos. A veces, la falsa autoimagen no te permite siquiera desear algo diferente,  no deja que te plantees otras opciones de vida, porque se presenta contraria al falso ideal, de querer ser como creemos nos ven los otros. Sin darte cuenta te alejas de tu propia esencia y, luego, no sabes por qué hay tanta insatisfacción en tu vida.

Para poder vivir según tus propios valores y sentir felicidad, plenitud y alegría, debes empezar por saber cuáles son tus valores, que es lo más importante para ti en la vida, qué es lo que define tus principios y, basar en estos todas tus decisiones.

Lo que hagas debe ir acorde con tus valores, es la forma más fácil para empezar a construir tu verdadera autoimagen. Así podrás mejorar tus relaciones, tener vínculos más positivos, tener prosperidad en los diferentes ámbitos de tu vida y, sobre todo, aumentar tu energía y equilibrio vital.

Esto no quiere decir que te reveles contra todo y todos, se trata más bien de cuestionar tus propias decisiones, de actuar con libertad sin las cadenas del auto cumplimiento,  tu forma de actuar y tu forma de pensar deben estar conscientemente elegidas por ti.

Si empiezas a ejercitar esa libertad podrás abrir un espacio en el que te plantees qué es lo que quieres para tu vida real y concreta. Así podrás iniciar el camino hacia tu propia felicidad, una felicidad basada en lo que te llena, te da alegría, cubre tus propias necesidades y, en lo que te permite ser tú misma.

Ahora solo te queda empezar a construir tu nueva autoimagen, la verdadera y, desterrar la que habías creado bajo la atenta mirada de los demás, olvídate del “yo soy así”, deja atrás las diferentes caretas: soy floja, no soy bueno para los números, no soy bueno para los negocios, soy muy tímida, soy abnegada, imposible que yo cambie, etc.

Puedes renacer, puedes ser esa persona especial que ya eres, con tus valores, deseos, metas propias e, incluso y sobretodo, con tus defectos. Puedes aportar tu granito de arena para que este mundo sea mejor porque todos tenemos algo que aportar. Pierde el miedo, permite que salga a la luz la persona maravillosa que eres y, empieza a ser y hacer lo que más te gusta en la vida.

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