Pienso que este tema es muy importante para nuestra vida, sobre todo porque muchas veces no tomamos conciencia de la forma en que vivimos.
Os digo que sobrevivir, no es vivir; permanecer dentro de tu zona de confort, haciendo lo mismo día tras día de forma automatizada, sin tomar conciencia de si es la vida que quieres, es como haber dejado de vivir.
Antes que nada creo que es necesario entender qué es la zona de confort, la definiremos como el estado mental y físico que nos creamos para protegernos de lo desconocido.
Es un estado en el que aunque no nos sentimos del todo felices, estamos convencidos de que más vale malo o regular conocido, que bueno por conocer.
Es ese espacio en el que te encuentras cómodo y seguro, es la zona que creamos para justificar nuestra incomodidad, nos convencemos a nosotros mismos diciendo que, a pesar de todo, no estamos tan mal y que intentar un cambio podría ser peor, así evitamos miedos, riesgos e incomodidades.
En un artículo del diario ABC.es habla de la persona que se encuentra en su zona de confort como alguien que ‘recurre a un repertorio limitado de conductas, creencias y afectos que le permiten mantener un nivel de desempeño estable y aceptable en los distintos aspectos de su vida, sin asumir riesgos que puedan generarle ansiedad, incertidumbre o miedo’.
Cómo salir de la zona de confort
Para salir de la zona de confort lo primordial es cambiar nuestros hábitos, sobre todo aquellos que nos perjudican.
Porque no hay nada peor que vivir infeliz y no hacer nada para cambiar, como permanecer en un trabajo insatisfactorio, vivir con tus padres siendo adulto, tener vicios como el tabaco, alcohol, comida o drogas, la flojera y el desánimo, la cómoda rutina, etc.
Si queremos crecer como personas, lograr lo que queremos, cumplir nuestros sueños y empezar a vivir la vida de nuestros sueños, debemos romper nuestra zona de confort. Para lograrlo hay que dejar de hacer lo mismo, porque de lo contrario nada cambiará.
«Locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes».Einstein
Crecer significa nuevas experiencias, nuevos conocimientos, descubrir nuevas habilidades y, sobre todo, crecer significa amarnos y desear para nosotros mismos una vida mejor.
Margarita Alhambra, en un artículo de su blog, nos propone un método para aprender a vencer nuestros miedos. Este consiste en acercarnos a nosotros mismos con mucho cuidado y mirar en el fondo de nuestras emociones para descubrir un lugar donde habita nuestro niño interior.
Nuestro niño interior es ese pequeño que en su momento no pudo resolver lo que necesitaba y guarda esos miedos, pero si conseguimos conectar con ese niño podremos ver su miedo que en ese entonces no pudo gestionar.
Ahora, al ser adulto, tienes más capacidades para comprender y gestionar esos miedos que se han quedado rezagados en tu interior. Tener una vida de éxito como adultos depende de que hayamos podido conquistar a nuestro niño interior.
Creo que este ejercicio nos puede ayudar a dar ese paso necesario para el cambio, en algunos casos será necesario pedir ayuda profesional, porque no siempre tenemos las herramientas necesarias para lograrlo, un psicólogo o un coach pueden guiarnos hacia aquello que queremos lograr.
Signos que indican que necesitas salir de tu zona de confort
Temes al riesgo y te pierdes oportunidades.
Te invade la pereza y la desmotivación, lo que frena tu crecimiento en diferentes áreas de tu vida.
Crees que tu vida ‘no está tan mal’ y te justificas para permanecer igual día tras día.
Haces planes, dices que los vas a hacer y al final nada y siempre encuentras una justificación.
Solo te motiva lo que es fácil y requiere poco esfuerzo.
Ventajas de salir de la zona de confort
Aumentas la seguridad en ti misma.
Desarrollas tu poder interior para vivir la vida que realmente quieres.
Eres más efectivas a la hora de tomar decisiones.
Aprendes a lidiar con los problemas de la vida y te agobias menos.
Desarrollas tus capacidades cognitivas y el poder enfrentar retos.