Por qué hablar de la imagen personal, ¿qué tiene que ver con la felicidad y su búsqueda? Es difícil de responder, os diré que mucho y poco.

Mucho porque nuestra imagen es lo que comunicamos de nosotros al mundo, nuestra primera carta de presentación.

Nuestra imagen es la percepción que los demás tienen de nosotros, ya sea en el ámbito social como laboral, es lo que nos define, es lo que queremos ser, y es saber, que tenemos algo positivo que nos hace sentir valorados por nosotros mismos y por los demás.

Poco, porque la felicidad se puede encontrar desde otros ángulos menos materiales de la vida, aunque, la imagen personal es importante para nuestra felicidad, si sabemos encontrar el equilibrio entre lo interno y externo de cada uno.

No se trata de decir lo que somos, es más bien demostrarlo, por eso que decimos que ‘una imagen vale más que mil palabras’.

Actualmente, se da mucha importancia a la apariencia personal, vivimos en un mundo visual, dónde se busca la inmediatez, la información fácil y rápida, por eso disponemos de poco tiempo para esa primera lectura.

Os guste o no, la sociedad funciona así, los psicólogos sociales han estudiado el impacto que la imagen personal puede provocar en un período de treinta segundos.

No se trata de aparentar lo que no somos, sino más bien de saber mostrar lo mejor de nosotros. Nunca busques con la apariencia tu falsa identidad.

Nunca aparentes algo que no eres ni trates de imitar a otros, eso tan solo te ayudará a perder el verdadero camino de tu esencia, y con ello, la felicidad.

Es cierto que lo exterior no es más importante que lo interior, pero es a través del primero que nos damos a conocer y, le mostramos al mundo quienes somos.  

Cuando hablo de imagen personal, no me refiero al hecho de ser más o menos guapo, se trata más bien de nuestra imagen integral, aquella que engloba nuestra parte física y emocional.

Se trata de cultivar aspectos como la educación, la expresión corporal, la comunicación correcta, nuestro nivel de inteligencia emocional, el carácter, y también, nuestra apariencia externa.

Buscar ese equilibrio entre lo interno y externo es lo que nos va a permitir relacionarnos mejor, creo que nadie debería desconocer estos aspectos si quiere obtener el mayor provecho posible en su trabajo y vida personal.

Enviar el mensaje equivocado puede costaros muchas   oportunidades,   oportunidades   laborales, de desarrollo personal y hasta románticas.

Actualmente, con la gran competencia que existe para conseguir un puesto de trabajo, es necesario que no perdamos de vista el mundo laboral, las empresas demandan otro tipo de  profesional, no solo se pide una buena  cualificación, además debemos ser buenos en comunicación (física y verbal) y saber relacionarnos con los demás.

Por otro lado,  enviar el mensaje correcto puede abrirte  muchas puertas que hasta hoy parecían estar cerradas.

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